Hola de nuevo!
Después de nuestro
intento frustrado de entrar al
Mahiki, nos dirigimos al Trader Vic's London, podríamos decir que nuestro objetivo principal en este viaje.
Pongámonos en antecedentes. Todos sabemos qué representa
Trader Vic's. Es una garantía de un buen
tiki bar, además de una leyenda. Pero si consideramos que el Trader Vic's de Londres abrió en 1963 y que los anteriores ya han cerrado, tenemos el Trader Vic's más antiguo del mundo. Esto lo convierte, probablemente, en el bar tiki más antiguo de Europa, y esto ya son palabras mayores.
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Se sitúa en el sótano del hotel London Hilton en Park Lane, una calle que se caracteriza por tener a un lado el Hyde Park y al otro hoteles de lujo y concesionarios de Lexus, Lamborghini y cosas así. Sabiendo esto y con la moral por los suelos por la experiencia en el Mahiki, nuestras esperanzas eran cercanas al cero absoluto. Además, una noche de noviembre en Londres, por definición es fría. Y si llevas todo el día por ahí danzando en plan turista, estás cansado y con sueño. Pero para allá que fuimos.
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Lo vimos en la lejanía y, por lo menos, no había gorilas en la puerta, sino un tiki de madera estupendo. Y al ver que nada ni nadie nos impedía el paso, iniciamos el descenso por una escalera en curva y unas paredes cubiertas de
tapa cloth. Al llegar al vestíbulo, nos encontramos con dos rubias estupendas con vestidos de estampados tropicales que nos dan la bienvenida con una estupenda sonrisa. Les decimos que sólo queremos tomar unos cócteles y nos hacen pasar a uno de los salones. Nos piden los abrigos para el guardarropa pero estamos tan alucinados que no se los damos. De hecho, nos sentíamos un poco como Paco Martínez Soria. Una vez estamos solos y sentados, empezamos a mirar alrededor y todo es como en las postales
vintage de los bares tiki clásicos. Canoas colgando de un techo a dos aguas, tikis por todas partes,
float lamps, peces globo... en fin, todas esas cosas que tanto nos gustan. Hasta los colores creaban un ambiente especial. Emmm la música era latina, salsa, y cosas así. Imagino que a los ingleses ya les parece exótico, pero a nosotros nos sonaba un poco raro.
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Echamos un vistazo a la
carta de cócteles, gesto más ceremonial que otra cosa, porque ya íbamos con la decisión tomada de casa: un
Mai Tai para mí y un
Menehune Juice para Lady Eve, que quería el muñequito. La presentación estupenda. Primer sorbo al Mai Tai y, como dijo Paco respecto al de Marbella, como el de casa pero un poquito más dulce. Y siguiendo nuestro instinto investigador, me fui para el
bar manager a ver qué le podía sonsacar. Y fue una sorpresa, porque los rones que usan son Appleton Estate Extra y, atención, Ron Negrita! Le expliqué que lo del Negrita era una sorpresa porque aquí en España era un ron muy común. De hecho, es de Bardinet, que es una empresa española. Además, según
Beachbum Berry, el Ron Negrita es algo a evitar. Le dije que yo usaba Saint James, y reconoció que era mucho mejor. El también pareció gratamente sorprendido de tener una conversación de ese tipo con un cliente. Ah, y reconoció también que el Mai Tai Mix (básicamente una mezcla de curaçao,
sirope simple y
orgeat) que usan ellos no es el mismo, ATENCIÓN, NO ES EL MISMO que el que venden al público. Esto es importante que lo sepáis.
Y en fin, así transcurrió la noche. Nos llevamos con nosotros unos
vasos de Mai Tai, un
juego de sal y pimienta de Trader Vic's y un puñado de Menehunes para Lady Eve, además de la intención de volver la noche siguiente.
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Y así lo hicimos. En la segunda ocasión la experiencia fue todavía mejor. De entrada, me tocó sofá, algo que me sentó muy bien después de todo el día de paseo por Londres, que es una ciudad que cansa mucho. Además, nuestra mesa se situaba justo delante de la barra, con lo que pudimos ver al
bartender en acción y un constante vaivén de camareras cuyas infinitas aberturas laterales de sus vestidos también me tenían bastante animado.
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Cuando llegamos al episodio "elegir un cocktail" me decidí a tomar un Tiki Puka Puka, cóctel recomendado en
Tiki Central pero con el que hay que tener cuidado porque es un poco peligroso. Lady Eve, después de darle varias vueltas, pidió un Wahine, que es un cóctel que para mi gusto no tiene mucha personalidad pero viene en el famoso
Trader Vic's Aloha Coconut (sí, después compramos uno). El mánager vino a saludarnos afablemente, y se alegró del cóctel que me había pedido. Trajeron las bebidas y el Tiki Puka Puka, decorado con una gardenia fresca perfumada con agua de azahar, estaba increíble. No he encontrado una receta satisfactoria, pero estoy investigando. Y sí, hay que tener cuidado, porque es bastante fuerte.
Más tarde llegó un señor con una pinta de traficante que no veas, se apalancó en la barra y trataba con cierta familiaridad al personal del bar. Por cierto, debéis saber que he heredado de mi madre una capacidad asombrosa para analizar las situaciones. Bueno, volviendo al señor con pinta de traficante, vimos que se paseaba arriba y abajo del local, y en mi naturaleza curiosa me preguntaba quién sería, porque no tenía pinta ni de "el jefe" ni nada de eso. Y resulta que era el músico. Sacó su guitarra y se puso a tocar clásicos latinos, algo que a nosotros a priori nos puede horrorizar pero que en el contexto nos pareció divertido.
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Y llegó el momento en el que nos quedamos sin bebidas y la simpática camarera nos retiró nuestros vasos. Como estábamos muy agusto y hacía frío fuera, decidimos tomar otro cóctel (a ocho o nueve libras hay que pensárselo dos veces!), pedimos la carta a la camarera pero nos dijo que el manager había pedido otros cócteles para nosotros, un Trader Vic's Grog (buenísimo, luego os paso la receta) y OTRO Tiki Puka Puka. Y a partir de ahí ya no recuerdo mucho más. Ah, sí, pasaba una chica del hotel haciendo masajes al personal por las libras que quisieras pagar, pero en mi estado lo que menos me apetecía era un meneo. Realmente, la atención que obtuvimos esa noche no era una cosa normal, tanto por la invitación del mánager como por la atención de la camarera, que de tanto en tanto nos daba conversación. Supongo que deben estar acostumbrados a que los clientes sean huéspedes del hotel y gente de paso, y si ven que llegan unos clientes que realmente vienen buscando algo más, lo agradecen.
Finalmente nos fuimos para el hotel muy contentos por la velada. Espero que a partir de ahora, si vais a Londres, no dejéis de visitar el Trader Vic's, porque insistimos en que vale la pena. Dad recuerdos de nuestra parte.
Y en fin, con este cuarto episodio se termina la crónica de esta escapada a Londres con un alto índice de
tiki style. Muchas gracias por leernos y en fin, volvemos a la rutina.
Aloha,
Mr. Ivan