sábado, 26 de mayo de 2007

Tiki Trip a Madrid. Episodio 2.2: Mauna Loa

Hola de nuevo!

Salimos del Bora Bora con la intención de comernos un bocata calamares en la calle Postas, un topicazo madrileño. El bocata y las cañejas cayeron rápidamente y nos dirigimos a la plaza de Santa Ana, donde encontramos después de muchos vistazos el Mauna Loa, en una esquina de la plaza. Íbamos dispuestos a hacer media hora de cola, ya que es un local bastante famoso y con mucha afluencia de público, al estilo del Kahala de Barcelona. Cuando entramos había una pequeña cola que aún se contenía de puertas para adentro pero que se disipó rápidamente gracias a la eficiencia de los camareros. En los tres minutos que estuvimos esperando divisamos en el primer saloncito, al lado de la entrada, el especial de la casa, como no, el Volcán (mauna loa significa en hawaiano "montaña de fuego"), servido humeante como el infierno (podéis verlo en la foto, el camarero lo está sirviendo y Lady Eve está muy contenta).



Este primer salón es el más luminoso y de decoración más variada, muy diferente al resto del bar. Como veis en la foto, tiene una barra, murales de tema hawaiano y bastante luz. También vimos periquitos sueltos dentro del local, cosa bastante curiosa, por cierto. Nos hicieron entrar y fuimos bajando, hasta llegar al piso -2. La decoración en estas profundidades es bastante "temática", por así decirlo, consecuente con el nombre del bar. Es rollo piedra volcánica por todas partes y con pequeños salones en plan gruta. Los asientos, en este caso, son de esos con cañas de bambú pero no especialmente incómodos. La iluminación consistía en unos apliques de bambú y mimbre que, fuera de contexto, pasaban por artesanía catalana de masia, pero ahí estaban muy bien puestos y quedaban discretos. También hay acuarios con peces por todas partes. El saloncito donde nos tocó era especialmente pequeño, había otra mesa y nosotros, y lo cierto es que era un pelín incómodo, acompañado de un sentimiento de no intimidad que no aportaba nada al confort de la estancia.



Nada más sentarnos trajeron a las chicas un lei de plastiquillo, una sombrilla de adorno y un clavel reventón. Pregunté al camarero qué había para los chicos y me contestó que la cuenta. Camarero:1 - Mr. Ivan:0. Pedimos un Volcán para tres y Lady Eve pidió otro cóctel cuyo nombre no podemos acordarnos pero que no le gustó mucho debido a su sabor a plátano. Tengo que decir que a mi el Volcán tampoco me entusiasmó, sobretodo al principio, porque no estaba muy frío. Hay que tener en cuenta que era enorme, ponle litro y medio de líquido, y claro, enfriar eso no es lo mismo que enfriar una bebida individual de medio litro. Aparte de la temperatura, estaba rico. Ron de Jamaica, de Martinica y zumos. Para mi gusto más dulce de la cuenta, pero hay a quien esto ya le va bien.



Los aperitivos eran curiosos: cacahuetes, quicos, aceitunas, rollitos de jamón dulce, lenguas de gato (de ésas de chocolate) y Filipinos. En la variedad está el buen gusto, vamos. Es una lástima, porque veníamos de cenar y no nos apetecía mucho, pero la cosa era bastante boyante para lo que estamos acostumbrados.



Un punto a favor del Mauna Loa es la música. En los bares hawaianos la música no suele acompañar. Habitualmente se pone pop-dance-reaggeton o alguna otra cosa que no tiene nada que ver con la Polinesia. Supongo que poner música mainstream atrae a más gente, pero siendo un pelín rigurosos tenemos que reconocer que no es lo que toca. En cambio aquí teníamos música exótica y hawaiana, con lo que estabamos un poco más ambientados.

En conclusión, es un buen sitio para visitar sobretodo si nunca se ha estado en un bar tiki, ya que es bastante espectacular. El problema es que, según como, puede agobiar un poquito, sobretodo si te toca en un sitio muy cerrado como el nuestro. Otra cosa a considerar es que si bien al entrar había más bien poca gente, cuano salimos la cola era considerable.

Si lo tuviéramos que comparar con el Bora Bora, diríamos que siendo dos bares con el mismo tema, son totalmente diferentes. Al Mauna Loa lo ideal es ir vestido con camisa aloha (ver foto arriba) y sandalias, en cambio al Bora Bora hay que ir con traje aunque sea encima de la camisa hortera. Podéis ver la diferencia que hay entre mi aspecto y el de Shag en la polaroid de la enrtada anterior, creo que es una buena comparación.

jueves, 24 de mayo de 2007

Tiki Trip a Madrid. Episodio 2.1: Bora Bora

Hola hola.

Seguimos con la crónica del fin de semana en Madrid. Mientras hablábamos con Shag de bares, entre otras cosas, le dijimos que esa noche nos íbamos al Mauna Loa, el Bar Hawaiano de la llaza de Santa Ana, que era el que conocíamos. Él nos dijo que le habían hablado de otro local llamado House of Chin o algo así, que era un bar muy chulo. El caso es que al irnos les preguntamos a los empleados de la Madrid Comics si sabían algo de este bar, pero nadie sabía nada. Al final uno que yo creo que es el dueño de la tienda nos dio unas indicaciones para llegar a un bar hawaiano, que no sabía si era ese. Y no, no lo era, pero nos llevamos una grata sorpresa.

Llegamos al Bora Bora, situado en la calle Ventura Rodríguez, al ladito de Princesa y de la Plaza de los Cubos.



En la fachada encontramos un bonito tiki que nos da la bienvenida, y al entrar un impresionante Ku nos advierte de que nos estamos aventurando en terreno peligroso... Mirad que serios estamos los dos!!! atravesando un vestíbulo bajamos las escaleras, detrás de las cuales podíamos ver una cascada, para llegar al bar propiamente dicho. Entramos a un gran lounge donde un camarero nos acomoda. La tarde era bastante tranquila, aunque la verdad es que fuimos muy temprano, como a las 20.30h, con lo que había sitio de sobra. No os confiéis, porque tenemos entendido que si vas por la noche hay que hacer cola.



El espacio era bastante grande, aparte de el gran salón en el que estábamos nosotros había otro salón más pequeño y una barra muy larga con bastante espacio. La decoración era muy rica, con máscaras tiki en la pared haciendo de lámparas y vidrieras con motivos polinesios. Los paneles de madera con molduras en la pared delatan un pasado oscuro. No hemos indagado en qué era hace 40 años ese local pero sería una especie de salón señorial. El mobiliario era acorde con este carácter, ya que los asientos no eran los típicos taburetes de bambú que se te clavan en el culo, sino unos sillones trenzados muy cómodos. Lo cierto es que invita a quedarse apalancado toda la noche.



Llegó la hora de pedir los cócteles y nos entró el mismo estupor de siempre. Algunos cócteles los conocemos, ya que son los clásicos (Mai Tai, Bastardo Saffrin, Zombie, Escorpión, etc), pero otros son recetas propias de los locales o simplemente recetas de toda la vida pero con nombres diferentes. Además, como ya he comentado en alguna ocasión, las recetas que hagan no tienen que corresponderse con las clásicas, cuando uno se toma algo en un bar nuevo siempre es una sorpresa. Por otro lado, las cartas de los hawaianos no suelen ser muy descriptivas en cuanto al contenido de los cócteles. En lugar de tener una lista de ingredientes tienen esos textos que tanto nos gustan tipo En las noches de luna llena, las vírgenes polinesias se entregan a los deseos del Gran Dios Tiki mientras beben esta mezcla de rones que turba sus sentidos o algo así. En algunos casos pone una nota al pie que te dice si es dulce, seco, ácido o qué. Pero lo mejor, ante la duda, siempre es preguntar al camarero.



Pregunté a la camarera qué llevaba el Mai Tai y me dijo que rones, curaçao y zumos de frutas. De lima no, de frutas en general. La tía de Lady Eve pidió uno y estaba bueno. No era ácido, pero por lo menos era un poco fuerte. Yo, después de las largas caminatas que nos pegamos bajo el sol de Madrid, opté por el Doctor Funk (perfecto) y Lady Eve y su madre pidieron respectivamente un Isla de Pascua y un Blue Hawaii, de rones y frutas dulces y suaves. Los vasos eran los clásicos del tiki ibérico, fabricados por Porcelanas Pavón, ya hablaremos de ellos en el Episodio 3 de esta crónica. Bueno, en general las bebidas estaban muy buenas, y enseguida empecé a sentir un curioso pelotazo, por cierto. Y la gran sorpresa fueron los aperitivos que ponían, gentileza de la casa. En Barcelona a lo máximo que puede aspirar uno es a unas palomitas rancias y unos quicos duros, cosa para nada criticable, puede uno dar gracias a que se lo ponen de gorra. Pero claro, es cierto que en Madrid la cultura del tapeo gratuito está bastante más arraigada que aquí, y los aperitivos que nos sirvieron en el Bora Bora estuvieron acordes con esta fama. Disculpad que en la foto la cosa esté ya un poco desmejorada, pero os aseguro que esos platos y esas bandejas estaban a rebosar. Los cacahuetes y las papas fritas son a must, las galletitas saladas y las aceitunas son un grado más, pero los canapés y las albóndigas eran una cosa suprema. Esas albóndigas las había hecho Na Wahiné con sus propias manos.

Tenían una vitrina con una colección de vasos decente, y tenían algunos vasos con el logo del bar impreso. Pregunté el precio y eran 20€. No sé si os hacéis a la idea, pero los vasos eran a un color, ni siquiera estaban pintados a mano ni nada, y a ellos les cuestan baratísimos (me consta), con lo que ese precio es una salvajada. Es una característica de los bares de aquí, en los que venden vasos te meten unas clavadas importantes. Lo cierto es que ellos no se ganan la vida con eso, se dedican a vender cócteles, y si alguien se encapricha de un vaso, pues que lo pague. Pero nunca lo hagáis, amigos, esos vasos están a la venta a precios asequibles en la web del fabricante, tenéis el link arriba.

Um, lo único que me falló era el servicio. Hay otro hecho, y es que los camareros de los hawaianos no suelen tener ninguna gracia, ya que los pobres suelen ir de culo. Pero estos eran especialmente sosos, y eso que estaban la mar de tranquilos. Y si uno es soso y se pone una camisa de palmeras, hibiscos o cualquier estampado tropical, disimula un poco, pero estos iban muy formales, no les pegaba mucho. También es una lástima la enorme tele de plasma que tienen en el salón principal en la que, para más inri, estaban dando toros. Otra cosilla a tener en cuenta es que está un pelín retirado del centro, echadle un paseíto de 20 minutos desde Callao.

En fin, que el Bora Bora es un sitio más que recomendable para ir si estáis por Madrid, los cócteles son buenos, el sitio muy chulo y los aperitivos exquisitas. Y el contento lo tenéis casi garantizado, los cuatro salimos bailando hula.

Mahalo,

Mr. I.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Tiki Trip a Madrid. Episodio 1: Shag!

Hola, amigos de lo hortera.

Un Tiki Trip es un viajecito que realizamos los tiki-aficionados en el que intentamos absorber todo lo posible (relacionado con el pop polinesio) del lugar visitado. En consecuencia uno acaba absorbiendo varios rones, esta vez de manera literal.

Bueno, el caso es que el fin de semana pasado realizamos uno de estos viajecitos a Madrid. Internacionalmente, es decir, para los yankees, Barcelona (y alrededores) es la gran ciudad tiki del sur de Europa. La verdad es que en esta parte del litoral Mediterráneo hay bastantes puntos, quizá sea por aquello de que Catalunya y California se parecen en el clima, las maneras de la gente y todo eso. Pero Madrid, amigos, no se queda atrás por lo que hemos podido comprobar. Hay bastantes cosas que contaros, así que vayamos por partes. Empezaremos por Shag.

Josh Agle, también conocido por Shag (se juntan las dos últimas letras de su nombre y las dos primeras del apellido y bingo!), es un artista californiano cuyo trabajo se centra en temas de los que nos gustan: tikis, martinis, fiestas, hot rod, esqueletos y todo ello en unos escenarios que evocan la arquitectura y los interiores de la California de los 50.

Siguiendo los consejos de su padre, el joven Josh empezó a estudiar económicas, pero por el camino se dio cuenta de que el no quería trabajar de contable, así que cambió de rumbo y se puso a trabajar como ilustrador y diseñador mercenario, que de algo hay que comer. Y a mediados de los 90, mira por donde, conoció a Otto von Stroheim, editor de Tiki News en una luau que ayudó en la carrera de Shag como artista de verdad. Otto montó la primera exposición de Shag en el Cacao Coffee House de Santa Mónica.

Y bueno, a partir de ahí, la cosa fue muy bien para Shag. Ha publicado obra en un montón de revistas, ha trabajado para la Pantera Rosa en su 40 aniversario, para Disneyland, por mencionar unas cuantas. Tiene su propia serie de tipografías diseñada por House Industries (ya hablaremos de ellos otro día), e incluso un musical en Las Vegas, Shag With a Twist. Vamos, que sí, que le va muy bien.

Bueno, vamos a relatar un poco lo acontecido. Este viaje surgió porque vimos que Shag exponía en una galería de Madrid, Pelayo 47, en Chueca. Inmediatamente nos pusimos en contacto con la galería pare preguntar fechas, si el artista iba a estar en la inauguración y, en fin, para ver cuál era el panorama. Sí, Shag estaba, pero claro, la inauguración era el jueves, día que nosotros no podíamos estar ahí. Peeero resulta que la expo
era para celebrar el 25 aniversario de Madrid Comics, una librería muy recomendable, y que estaría firmando libros el viernes y el sábado. Así que venga, billetes de avión y pa Madrid que vamos.

Llegamos el viernes por la tarde a la expo. La sala resultó ser pequeñita, pero ideal para el tamaño de la expo, consistente en una serie de dibujos originales. Para mí fueron muy sorprendentes, porque eran a dos colores, y las pinturas de Shag suelen ser muy cromáticas. Siempre hay una gama de colores con una dirección clara, pero muy rica. En cambio, en este caso jugaba en todas las ilustraciones con negro y otro color muy luminoso, con lo que la línea y el equilibrio entre las dos manchas de color cobraban importancia respecto al lleno que vemos en el resto de su obra. Bah, no me quiero tirar el rollo de crítico de arte, no sé a quién pretendo engañar, pero podéis ver de lo que os estoy hablando en la web del artista o en la de la galería. La encargada de la sala fue mu amable con nosotros e incluso nos enseñó algunas piezas que estaban fuera de la exposición, todo un privilegio. Obviamente, los precios se nos escapaban, así que nos fuimos para la firma de libros con las ganas de algo para colgar en la pared.



Nos dirigimos a Madrid Comics reconozco que un poco nerviosos, después de todo es uno de nuestros artistas favoritos. Estaba bastante tranquilo en la planta de abajo de la tienda, por decirlo de alguna manera no había cola de gente con libros para firmar. El caso es que llegamos nosotros con un montón de libros y otras cosas para firmar y quiero pensar que le alegramos un poco. No sé, si yo soy un artista y me viene un tipo de la otra parte del mundo con todas esas cosas para firmar, a mí me alegra. El caso es que es un tipo encantador, en todo momento fue muy simpático, nos daba más o menos conversación (mi inglés fue el peor de los últimos años) sobre los bares tiki de Barcelona, los de Madrid, vasos tiki y cosas así. De algo había que hablar mientras se revelaba la polaroid que os muestro arriba :) Por cierto, aprovecho para presentarnos. Supongo que es fácil saber quién es quién: Lady Eve a la izquierda, Shag en el centro y un servidor de ustedes a la derecha.



Lady Eve, como muestra de gratitud por aguantarnos el ratito que estuvimos ahí, le regaló un bonito TIki Miki con incrustaciones en los ojos de cristales de Swarowski (es cierto, ella es así). Su reacción nos sorprendió, ya que cualquiera habría dicho "Oh, muchas gracias" y se lo habría echado al bolsillo. Pero lo que hizo fue, primero, preguntar si lo había hecho Eve, después lo abrió con muchísimo cuidado intentando no romper la etiqueta, guardándosela mientras decía "I'll keep this". Luego, visiblemente nervioso, le hizo un nudillo (debido a los nervios, le costó lo suyo) y se lo colgó al cuello. Claro, con esto se nos ganó de por vida. Adjuntamos fotos de la experiencia. Disculpad por la calidad de la Polaroid pero es lo que hay. De hecho, ésa es la gracia de las polas, que se vean mal :) Después de esta serie de anécdotas volvimos a la planta superior y salimos de la tienda. Pero ahí no acabó la cosa. En el escaparate se habían montado un chiringuito de cosas hechas por Josh de la colección particular del dueño de la tienda, con algunos objetos envidiables. Y también estaba la serigrafía hecha en edición limitada de 99 ejemplares para la ocasión al módico precio de 99€. Lo siento, pero no pudimos evitarlo, así que compramos la 88 de 99, volvimos a bajar para que nos la dedicara y ahí si que ya nos fuimos deshechos por el placer.



Puede que os de la sensación de que le idolatramos en exceso, pero como os he recalcado es uno de nuestros artistas favoritos. Pero llega un momento en el que lo que haga es lo de menos, es más el rollo que te transmite una persona. El tío fue tan agradable y tan majo que nuestro concepto de él ahora va más allá de su trabajo, nos dio una sensación muy cercana.

Os recomendamos un par de libros: en Shag: The Art of Josh Agle tenéis la mayor recopilación de sus trabajos publicada hasta la fecha. Es un gran libro, sólo que vosotros no lo tenéis dedicado con un dibujito de un vaso tiki, hehehe. Otra pequeña joya es Tiki Drinks, de Adam Rocke e ilustrado por Shag. En él tenéis un montón de recetas de cocktails. Shag nos recomendó el Singapore Sling, a ver si tengo un rato el fin de semana, lo preparo y os cuento qué tal.

Aloha,

Mr. I.

martes, 15 de mayo de 2007

El nacimiento de los Tikis Mikis

Buenas noches,

Hoy me llena de orgullo y satisfacción presentarles el fruto de una tarde de domingo en casa. Ya tenía ganas de tener algún pequeño tiki para colgármelo al cuello. Y por fin el día ha llegado!

Debo decir antes de nada que es la primera vez que uso fimo, y que ademas, soy muy torpe en general, así que visto de esta forma, tampoco me han quedado tan mal...
Y ya, sin más dilación, les presento a los fabulosos Tikis Mikis!!!!




Creo que es porque los veo con ojos de madre, pero me gustan un montón y estoy muy orgullosa de mis logros, de todas formas, espero ir mejorando, y tambien espero que vosotros lo podais ver.
Aquí me despido, ya que me muero de sueño,


buenas noches a todos y que el dios Tiki os proteja!!

lunes, 14 de mayo de 2007

Mai Tai



Hola tikinautas del mundo

Si tuviéramos que decir un cóctel tiki, así rápido, os diríamos el Mai Tai, por varios motivos.

Oficialmente fue creado por Víctor Bergeron (alias Trader Vic) en 1944, aunque Don the Beachcomber aseguraba que él lo servía desde 1933. Lo cierto es que la receta de Don no se parecía mucho a la de Víctor, y ésta última es la que, más o menos, llega a nuestros días.

Maitai, en tahitiano, significa "bueno", y al parecer el origen del nombre del cóctel proviene de una tarde en la que Victor preparó este cocktail para unos amigos suyos de Tahití y estos, al probarlo, exclamaron Mai tai roa ae!, que significa "muy bueno, de fuera de este mundo!", y a Víctor le pareció un buen nombre.

Como en todos los cocktails clásicos, hay tantas recetas como barmen, aunque la original de 1944 es la siguiente:

- 2 oz. ron J. Wray & Nephew 17 años
- 1/2 oz. Curaçao naranja Holland DeKuyper
- 1/4 oz. Sirope simple de Trader Vic
- 1/2 oz. Sirope francés Garnier Orgeat
- zumo de una lima
Decorar con una rama de menta fresca

La que hago los días de fiesta es la siguiente:

- 1 oz. ron de Jamaica (Appleton Estate Extra)
- 1 oz. ron de Martinica (Saint James Hors d'Age)
- 1/2 Curaçao naranja
- 1/4 sirope de orgeat
- 1/4 sirope de azúcar
- zumo de una lima

Todo a la coctelera con mucho hielo y agitar bien. Poner en un vaso como el de la foto (double old-fashioned) con hielo picado hasta que esté lleno. Decorar con una ramita de menta fresca y una banderilla con un trozo de piña y una cereza.

El sábado estuve en el Aloha, uno de los bares tikis de Barcelona, y mi amigo Miguel Ángel y yo nos pedimos sendos Mai Tais y no tenían nada que ver con la receta que os he puesto, era mucho más dulce. Es curioso, pero hace unas semanas probé un Mai Tai en el Kahiki, otro de los bares de aquí, y era totalmente diferente, tenía un curioso sabor a cereza... No es que sean malas bebidas, pero no son un Mai Tai real, o al menos uno original. Pero bueno, no os preocupéis por las recetas. Como me dijo Scottes, si te gusta, es un buen Mai Tai! En cambio, en el Kahala, el Mai Tai es algo parecido a esta receta. Ron oscuro, ron claro, limón, curaçao y orgeat. En vaso old-fashioned, no tiki mug, lo que es de agradecer.

Un par de curiosidades. En la película Blue Hawaii (Amor en Hawai), del Elvis, 1961, Angela Lansbury (sí, la señora Fletcher), que hace de la madre de Elvis, se pone fina de Mai Tais, la señora le tira a los palomos cosa mala. Y tengo una amiga, Maitane, que desde que se enteró de que sé hacer un combinado que se llama como ella, me recuerda periódicamente que le debo uno. Prometo poner una foto de Mai con su Mai Tai tan pronto como venga a casa a tomárselo.

Y tengo que decir que de los cócteles que he hecho en casa éste es el que más nos gusta. De momento.

Mr. I.

sábado, 12 de mayo de 2007

Soda


Aloha!

Los cócteles tropicales no suelen tener ingredientes con gas. Siempre tenemos rones, zumos, siropes, pero ninguno lleva cocacola, que yo sepa.

El caso es que algunas recetas, como el Dr. Funk, llevan soda. La marca más común es Schweppes, está en los súpers y cuesta menos de tres euros el pack de seis. La verdad es que es bastante fuerte, si la bebes sola se nota que tiene mucho gas y ésto aporta un cierto carácter al añadirla a los combinados.

Cuando hacemos cócteles sin alcohol está bien añadirles un poco de soda porque este fizz que aporta rompe el carácter dulzón que suelen tener los combinados de zumos.

A Lady Eve no le gustan las bebidas con mucho gas, por tanto la soda Schweppes es demasiado fuerte para ella. Pero hay un producto de toda la vida que en este caso nos hace el apaño. Se trata de la gaseosa en polvo Armisen, yo la compro en el súper del Corte Inglés y son unas cajitas amarillas. La verdad es que es un producto bastante curioso, lo mezclas con agua, remueves y tienes una especie de agua con gas. No es tan fuerte como la soda, es muy barato y no ocupa espacio, tened siempre una cajita por casa.

Otra solución improvisada (un poco rara, pero funciona) es poner la soda en la coctelera y darle un golpe, con lo que libera mucho gas y es menos fuerte.

La verdad es que va a gustos. Yo prefiero la soda, Lady Eve la gaseosa en polvo. Probad y decidid vosotros mismos.

Sirope de azúcar

Hola!

Un elemento muy común en los cócteles hawaianos es el sirope simple. No es más que azúcar diluida en agua. Se usa así porque si añadimos azúcar a una mezcla que no está caliente va a ser difícil que se diluya, por tanto, ponemos el azúcar ya líquido y listo.

La cosa es muy fácil. Se pone agua y azúcar en un cazo a partes iguales o incluso más azúcar que agua, depende de la densidad de azúcar que queramos. Se pone a calentar a fuego medio durante cinco minutos para que se evapore el agua. No dejéis que hierva, sólo queremos que se evapore el agua. Se deja enfriar, se guarda y ya está listo para usar, ya podemos endulzar nuestros combinados.

Si buscáis recetas por ahí en inglés lo podéis encontrar en la lista de ingredientes como simple syrup, sugar syrup, rock candy syrup y cosas así, pero viene a ser lo mismo.

Doctor Funk

Bajo el tórrido calor del trópico, el famoso hechicero llegó a los dioses a través del néctar de su bebida.

Ésto es lo que dice sobre el Doctor Funk la carta del Hula Hula, el bar tiki de Lloret de Mar. La verdad es que los textos de las cartas de los bares molan un montón pero aportan poca información práctica. En el mejor de los casos dicen algo tipo una mezcla de rones que turbarán tus sentidos o algo así, con lo que por lo menos sabes que lleva ron. Pero como casi todos los cócteles tropicales llevan algún o varios rones, pues estamos igual.

El caso es que el Dr. Funk es un cóctel un poco particular porque tiene gas, ya que se acaba con soda. Además, lleva lima y limón lo que lo hace muy refrescante. Bueno, os paso la receta:

- 2 1/2 oz. ron oscuro
- 1/4 oz. Pernod o Herbsaint
- 1/2 oz. zumo limón
- 1/4 oz. granadina
- zumo de 1 lima
- 1/4 oz. sirope simple
- soda

Se mete todo (menos la soda!) en una coctelera con hielo picado. Por cierto, las limas, en este caso, exprimidlas a mano. Agitar muy bien, hasta que toda la coctelera esté empañada. Poner en el vaso y llenadlo con la soda. Decorar con media lima y una flor o, por supuesto, una sombrilla. Tened siempre sombrillas para decorar, es lo que a vuestros amiguetes les va a gustar más, y las chicas luego se la ponen en la boca y están muy sexys, qué queréis que os diga.

Por favor, no os paséis con el Pernod. Es muy aromático, y si os pasáis se va a notar un montón, le va a dar un saborcillo dulzón anisado que no tiene porqué ser agradable.

Para cerrar, os diré que cuando hace mucho calor y tengo la garganta seca y mucha sed lo que más me apetece es un Doctor Funk, por su frescor y su sabor ácido.

jueves, 10 de mayo de 2007

Un poquito de mitologia polinesia

Hola amigos.

Todo tiene un origen, un principio. De acuerdo, nos gustan mucho los vasos tiki, los tikis de madera, en fin, todas esas representaciones, pero ¿de dónde salen?

La respuesta es fácil: dioses polinesios. Toda cultura tiene sus mitos y leyendas, su explicación para las cosas más primarias, y la polinesia no iba a ser menos. Así que vamos a hacer un pequeño resumen del "Génesis" polinesio y de sus principales divinidades. Antes de nada, pedir disculpas por tocar un tema tan serio medio a la ligera y de una manera superficial, pero ni mi tiempo, ni el espacio de un blog, ni sobretodo mis conocimientos dan para más. Debo citar, sobretodo, este artículo de Paul Waters de donde saco toda esta información. De hecho, es una traducción bastante libre del mencionado artículo.

Al principio sólo existia Po. Una vasta extensión oscura y tenebrosa, un abismo donde no había nada excepto Keawe, una luz entre las tinieblas, que daría paso al origen de todo lo demás, la llama de la creación. Keawe abrió su gran calabaza de la que sacó el firmamento, desplegando un cielo azul. Y después sacó un disco naranja y lo colgó del cielo, conviertiéndose en el sol.

Entonces Keawe se manifestó por un lado como Na Wahine, su hija, y por otro como su hijo Kane (también llamado Eli). Na Wahine y Kane formaron la familia real de los dioses primigenios hawaianos. Junto a Kane, las principales divinidades son Ku, Lono y Kanaloa, cada uno con sus atribuciones. Kane era el señor de los elementos naturales, como la tierra, la piedra, el agua. Ku (mi favorito!) era el dios de la guerra, pero también de los bosques y las cosechas. De alguna manera también era idolatrado por los artesanos. Kuhuluhulumanu era el dios de las aves, Kukoae de le la magia, y así.



Kanaloa era el responsable del océano Pacífico, y por tanto de los marineros y los pescadores. Lono, dios del sol y la sabiduría, se encargaba de que la vegetación creciera verde. Ya que era además el dios de la medicina, se encargaba de que las plantas medicinales crecieran fuertes.

Kane y Na Wahine también tuvieron hijas. Entre ellas, Laka era la diosa del Hula, el baile ritual hawaiano. Hina sacó el archipiélago de Hawaii del océano, y Kapo era la diosa del Pacífico sur. Papa era la reina de la naturaleza, y junto a su marido Wakea, tuvieron un hijo enfermo, deforme como una raíz de taro. Al morir éste, de su tumba nació la primera planta de taro para dar alimento al ser humano.

La última divinidad fue Milu, señor del mundo de los espíritus y de Ka-pa'a-he'o, el lugar donde van las almas con asuntos pendientes.

Cada uno adoraba a la divinidad (o akua) que más le interesaba. Durante los rituales, se celebraba un banquete en el que los participantes se sentaban alrededor del dios en cuestión. Entonces un kahuna hacía una ofrenda a la divinidad adorada, y una vez acabada la ceremonia, empieza el banquete. Eso sí, cada vez que se preparaba más comida, se volvía a hacer una ofrenda antes de que los mortales pudieran seguir comiendo.



En fin, que la hawaiana era una religión politeísta con sus dioses, su culto y en pleno funcionamiento hasta que en 1820 los misioneros cristianos se dedican a evangelizar las islas y destruir y ocultar todas las imágenes vernáculas, lo cual no era fácil. Por ejemplo, un ídolo de piedra literalmente resurgió de dentro de la tierra. Había en 1885 un anciano que vivía con su hijo y una pareja de hermanos cerca de un estanque en Kawaihae. El viejo les despertó una noche, pidiendo a su hijo que pescara un pez del lago, a la chica le pidió un poco de awa y al hermano de esta que subiera a un cocotero a por unos cuantos cocos. Entonces los mandó a cavar en un lugar concreto, donde estaba enterrado el antiguo dios. El anciano puso los cocos alrededor del cuello del ídolo, puso el pescado delante y la awa en la boca. Les dijo a los jóvenes que el nombre del dios era Kane, y entonces predijo su propia muerte. Y en tres días murió. Actualmente éste ídolo se puede visitar en el Bishop Museum de O'ahu, como un testimonio de un culto primigenio que posiblemente haya desaparecido de la vida cotidiana, pero que nunca será completamente olvidado.

jueves, 3 de mayo de 2007

El fabuloso Suffering Bastard!!!


Buenas noches a todos nuestros lectores,
Quiero aprovechar esta oportunidad para saludar a todos, ya que es la primera entrada que escribo. Yo soy Lady Eve, y colaboraré es este blog para culturizarnos a todos en el mundo Tiki hasta que seamos unos expertos en la materia. De todas formas, quiero deciros antes que nada que yo también estoy aprendiendo, así que si alguno de vosotros quiere darnos alguna lección que crea instructiva, estaré encantada de recibirla.

Bueno, a lo que vamos, el tema de hoy es el cóctel favorito de Mr. Ivan, el Suffering Bastard. En el mundo mundial, existen muchos cócteles tiki diferentes, pero hay una serie de recetas que son conocidas en todo el mundo, ejemplos de esto son el Mai Tai, el dr. Funk y por supuesto el Suffering Bastard.

La receta original proviene de Egipto, de el bar de un hotel llamado Sheperd's hotel. Lo creó un hombre llamado Joe Scialom (en 1923 o en 1947, según la fuente que consultes), y en un principio lo llamó "the Suffering bar Steward" aunque la cosa degeneró en esto.

Con el tiempo la receta fue recuperada por Trader Vic (el dueño de una de las cadenas más importantes de bares tiki del mundo) y en 1974 lo incluyó en su compendio de cócteles "Trader's Vic Bartender Guide", esta es la receta:

- 1 1/2 oz. ron blanco
- 1 1/2 oz. ron oscuro
- 1 cucharada de Curaçao rojo
- zumo de una lima
- media cucharadilla de sirope de azúcar

De todas formas, bajo mi punto de vista, lo mejor que hizo Trader Vic fue crear el vaso oficial, registrado el dia 5 de Julio de 1960, que es un guapo. En nuestra pequeña colección de vasos tenemos el decantador ( nos gusta llamarlo el "Suffer"), que es una especie de botella pero con la misma forma que el vaso, y lo hemos conseguido en Tiki Farm.

Si vivis en Barcelona, o tenéis oportunidad de venir, podréis catar esta delicia en cualquiera de los bares Tiki de la ciudad, el Kahala, el Aloha, o el Kahiki, aunque en los tres bares la receta es diferente, así que lo que teneis que hacer es probar los tres y elegir el mejor!

Muchos besos y recuerdos del Suffer

Lady Eve

Nota: Hemos actualizado la información sobre este cocktail, haciendo hincapié en la receta original, en esta entrada.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Bienvenidos!

Aloha!

Últimamente Lady Eve y Mr. Ivan, los dos que escribimos en este blog, estamos cada vez más inmersos en la cultura tiki. Esto es, el pop polinesio y los bares hawaianos. Sí, esos bares que empezaron a surgir en las ciudades españolas en los 70 (importados de California, no de Hawaii) y de los que ya quedan poquitos. Suelen tener plantas, cascadas de agua y cosas así en el interior. Esos cócteles tropicales en vasos atómicos con forma de cabeza marciana y que echan humo. Los que te trae un camarero delgado con perilla y camisa de hibiscos.

Los bares suelen ser el primer paso. Pero hay vida más allá de tu bar tiki local. Los vasos son la máxima expresión de la cultura tiki de andar por casa. Si un iniciado se pone a investigar sobre tipos de vaso, formas, fabricantes y significados no se va a enterar de nada, porque es un mundo bastante complejo. Y pronto uno se encuentra comprando vasos, en nuestro caso por internet (hay un montón de tiendas especializadas), aunque lo ideal es visitar la mayor cantidad posible de bares y comprar los autóctonos de cada local. Aunque eso en este país no tiene mucho sentido, ya explicaremos porqué.

Y pronto uno se pone a hacer cócteles, ya que con algo hay que llenar los vasos. Suelen ser combinados a base de rones, zumos de frutas y siropes, y cuanta más decoración mejor. Teniendo en cuenta que nuestros conocimientos de coctelería eran nulos, entrar en este mundo es una gran aventura. Qué diferencia hay entre el ron dorado y el oscuro? Qué es el ron overproof? Y el sirope de horchata? De dónde sale el humo del Tangaroa?

La estética polinesia es muy característica, y uno, por pocas inquietudes artísticas que tenga, rápidamente se siente atraído por las propuestas de algunos artistas contemporáneos alrededor del arte tiki: ilustración, talla de imágenes, diseño de vasos... y uno mismo también se pone a garabatear algunos tikis, porqué no. Y otra manifestación artística muy ligada al tiki es la música. Exotica, lounge, surf, rockabilly... varios estilos caben en tiki.

En fin, que este post sirva de arranque para un blog en el que os iremos explicando nuestros progresos en este mundo. Iremos aprendiendo juntos y os mostraremos todas las cosas que vayamos descubriendo y alguna que ya sabemos. Nos gustaría también que, por favor, nos dejéis vuestros comentarios, así aprenderemos todos mucho más.

Por cierto, Bastardo Saffrin es la traducción española del Suffering Bastard, uno de nuestros cócteles preferidos, y desde luego, nuestro vaso favorito.

Mahalo,

Mr. Ivan + Lady Eve