jueves, 29 de noviembre de 2007
Tiki Trip a Londres. Episodio 3.
Y amigos, se hace de noche en Londres, así que vamos a lo que vamos. Una parada obligatoria era el Trailer Happiness, en Notting Hill. No es un tiki bar, sino un bar de copas con una increíble selección de cocktails. Entramos y estaba a tope, pero pronto encontramos un sitio en la barra. Llevamos a unos amigos que viven en Londres, y creo que quedaron gratamente impresionados tanto con el sitio como con su música y sobretodo con la calidad de sus cocktails.
En la foto podéis ver a mi amigo Ferran con un servidor, tomando diferentes versiones del Mai Tai, o lo que es lo mismo, Vic's VS Don's. Más tarde, el bartender me confesó que el Don's Mai Tai es básicamente lo mismo que el original pero con un golpe de absenta (sustituible por Pernod). Por cierto, este chico (el bartender) era una máquina, un espectáculo detrás de la barra. No estoy hablando de malabarismos como los que criticábamos recientemente en otra entrada, sino por un lado de velocidad y por otro de presentación. Olvidaos de las sombrillitas, este tipo hacía salir llamas de medio metro de una bebida, os lo digo en serio.
Además, el Trailer Happiness es la sede del Notting Hill Rum Club, curiosa asociación de la que sería miembro si me pillara más cerca. Si nos preguntáis qué tomar, recomendamos fervientemente la Colada Nueva. Y podéis comprar unos vasos tiki de chupito muy chulos (a diez libras, eso sí) que, si los dejáis en el bar, tenéis una libra de descuento en cada chupito que te pidas, no está mal si eres habitual del local.
En otra de las noches nos dirigimos al Mahiki, un tanto escamados por cierto, ya que resulta que desde que abrió a finales de 2006, se ha convertido en un local de moda donde alternan personajes como Madonna, el príncipe Harry o la mismísima Paris Hilton. Y viendo las fotos de su web lo cierto es que se le quitan a uno las ganas de intentar entrar, ya que todos parecen modelos. Diría que lo son. El caso es que para allá que fuimos, con nuestros anoraks y nuestras mochilas. Ahí está el Mahiki. Gorilas en la puerta. Lady Eve, deja de decir que no vamos a entrar, say good evening y mira al frente. Todo bien, estamos casi dentro, hasta que escucho una voz grave:
- Excuse me, sir, do you have a reservation?
Intuyendo que la cosa iba conmigo, me di la vuelta y uno de los gorilas, muy amable me dijo que sin una reserva no podía entrar. No, ni siquiera para tomar un mai tai. Me dió una tarjeta y me dijo el horario en el que podía llamar para reservar una mesa para el día siguiente. En ese momento nos pareció bien y, hasta cierto punto, comprensible. Más tarde pensé que dónde queda el aloha spirit? La idea de un bar tiki es que uno va a tomarse un cóctel relajado y con el culo mojado de estar sentado en la playa, y entre lo de la reserva, las fotos de la web y Paris Hilton, empecé a pensar que había algo que fallaba, así que nos enfurruñamos con el Mahiki y ni llamamos ni nada. Por otra parte, a unas doce libras el cóctel, tampoco te están regalando nada. Y mientras tanto íbamos haciendo camino hasta otro destino que nos reservábamos para el final: Trader Vic's London. Pero eso se merece una entrada por sí solo.
Aloha,
Mr. I.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Tiki Trip a Londres. Episodio 2.
Seguimos. Hay otro par de tiendas que destacan no sólo por su contenido sino por su decoración puramente tiki. Black Pearl está en Kingly Court, un centro comercial super-cool en Carnaby Street. Entre tanta modernez, si subimos al segundo piso, nos encontramos con una tiendecita de joyas, complementos y lencería que bien podría ser un rincón de Don the Beachcomber. Bambú por todas partes, peces globo, botellas de ron y memorabilia hawaiana decoran el local, um, de pronto nos apetece un Mai Tai. Estoy seguro de que Fiona, la guapa dueña de la tienda, nos lo serviría de mil amores, pero bastante tiene con diseñar las joyas, llevar la tienda y ser tan amable con nosotros como para ponerse a ejercer de bartender improvisada.
En la misma onda está Intoxica!, que en principio no tiene nada que ver con el libro del Bum. Es una tienda de discos especializada en vinilos, la mayoría de segunda mano y algunos nuevos. La cosa está en que la decoración es puramente tiki, como en Black Pearl. Tikis, hula girls y bambú llenan la tienda. Además, tienen una buena colección de Exótica y Surf, aparte de Punk, Rock'n'Roll, Soul, Rockabilly, etc. Lady Eve y un servidor nos llevamos un recopilatorio de Martin Denny, la banda sonora de Blue Hawaii, un single de The Pink Panther y el Gone Hawaiian Special Edition de la revista de hot rod Barracuda. En el 231 de Portobello Road.
También en Notting Hill encontramos la tienda Mimi Fifi. Entre dispensadores de caramelos PEZ y chorradas varias de Hello Kitty encontramos bastante material retro-kustom, como monigotes de Rat Fink, parches, mecheros y elementos varios de merchandising para todos los gustos. También hay una selección de varios objetos tiki, algunos mugs, hula girls y cosas así, pero no demasiado originales y a unos precios desorbitados, en algunos casos hasta triplicar los precios reales.
Continuará,
Mr. Ivan
En la misma onda está Intoxica!, que en principio no tiene nada que ver con el libro del Bum. Es una tienda de discos especializada en vinilos, la mayoría de segunda mano y algunos nuevos. La cosa está en que la decoración es puramente tiki, como en Black Pearl. Tikis, hula girls y bambú llenan la tienda. Además, tienen una buena colección de Exótica y Surf, aparte de Punk, Rock'n'Roll, Soul, Rockabilly, etc. Lady Eve y un servidor nos llevamos un recopilatorio de Martin Denny, la banda sonora de Blue Hawaii, un single de The Pink Panther y el Gone Hawaiian Special Edition de la revista de hot rod Barracuda. En el 231 de Portobello Road.
También en Notting Hill encontramos la tienda Mimi Fifi. Entre dispensadores de caramelos PEZ y chorradas varias de Hello Kitty encontramos bastante material retro-kustom, como monigotes de Rat Fink, parches, mecheros y elementos varios de merchandising para todos los gustos. También hay una selección de varios objetos tiki, algunos mugs, hula girls y cosas así, pero no demasiado originales y a unos precios desorbitados, en algunos casos hasta triplicar los precios reales.
Continuará,
Mr. Ivan
martes, 27 de noviembre de 2007
Tiki Trip a Londres. Episodio 1.
Hello! Ya estamos de vuelta. Disculpad no hayamos escrito antes, pero hemos tenido ciertos problemas técnicos. Las máquinas van a acabar con nosotros.
Como os decía, hemos estado unos días de safari tiki en Londres. Ya habíamos estado antes, conocemos la ciudad bien y todo eso, por eso esta vez pensamos que lo óptimo sería enfocar el viaje en la búsqueda del tiki style en la capital británica. Googleando un poco llegamos rápidamente a la Index of London's Tiki Landmarks de Tiki Chris, a partir de la cual empezamos nuestra ruta.
Como os decía, hemos estado unos días de safari tiki en Londres. Ya habíamos estado antes, conocemos la ciudad bien y todo eso, por eso esta vez pensamos que lo óptimo sería enfocar el viaje en la búsqueda del tiki style en la capital británica. Googleando un poco llegamos rápidamente a la Index of London's Tiki Landmarks de Tiki Chris, a partir de la cual empezamos nuestra ruta.
Nos dirigimos al British Museum para ver el moai estupendo que tienen, llamado Hoa Hakananai'a. Está en un estado de conservación perfecto, ya que lleva en el museo desde 1868 protegido de las inclemencias del Pacífico. En la espalda se pueden ver aún los relieves que evocan el hombre, la mujer, el hombre pájaro, y otros símbolos de la cultura Rapa Nui. Por lo visto también tienen esta imagen de Ku que no fuimos capaces de encontrar. Mecachis, otra vez será. En la librería nos hicimos con un librito muy apañado que explica la historia de Hoa Hakananai'a y es una buena introducción a la cultura Rapa Nui. Tenemos que decir que nos dió mucha pena dejar al moai allí encerrado, pero bueno, le prometimos que le enviaríamos más visitantes, así que cuando vayáis a verle, dadle recuerdos.
Volviéndonos de pronto un poco más pragmáticos, os recomendamos un par de tiendas relativamente cerca del British. Si salís del museo hacia la derecha y vais por Bloomsbury St llegáis a Shaftesbury Avenue, donde encontraréis un par de puntos que sin ser estrictamente tiki, tienen su interés. Forbidden Planet, en el 179 de la avenida, es una tienda increíble de cine, cómics, libros, figuras de vinilo y todo el merchandising que os podáis imaginar. Echad un vistazo a la web y ya me diréis. Una agradable sorpresa fue encontrarse el Intoxica! de Beachbum Berry. Un poco más hacia adelante, en el 121 de Shaftesbury Avenue, encontramos Pages Catering, una tienda dedicada a la hostelería donde podéis encontrar casi de todo para vuestro tiki bar. Además de cocteleras, medidores, vasos, coladores, etc. tienen una amplia selección de siropes y preparados para cócteles.
Pero si lo que buscáis son ingredientes complicados de encontrar para vuestros cocktails, no os perdáis Gerry's Wines & Spirits, where you can buy almost any drink under the sun. Aparentemente pequeña, esta tienda del centro del Soho tiene una cantidad de referencias que dejaría tiritando a muchas licorerías que conozco. Aproveché para comprar una botella de Sailor Jerry Spiced Rum y otra de Falernum, y no compré más porque las botellas pesan más de la cuenta, y porque en Inglaterra los precios se multiplican por 1,5. Hablar de la decoración es complicado, porque está absolutamente todo lleno de botellas, y los elementos decorativos son plafones con fotos la mar de raras. Echad un vistazo a la web.
Mañana, más. Hasta entonces,
Mr. I.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
London, here we come!
Amigos, nos vamos a Londres unos días. Es una ciudad que, para ser europea, está llena de tiki hot spots, así que ya os contaremos a la vuelta qué tal ha ido.
See ya,
i.
See ya,
i.
lunes, 12 de noviembre de 2007
Musiquita
Hola, majos.
He añadido al blog una de estas cosas modernas que hacen música. Abajo a la izquierda podéis ver una lista con algunas canciones que hemos seleccionado para vosotros. Pero bueno, no estoy muy seguro de que esto funcione, así que si os toca las narices escuchar música cada vez que abrís vuestro blog favorito, dejad comentarios al respecto, y si os encanta pues también.
Y si tenéis alguna sugerencia, hacédmelo saber y a ver qué podemos hacer.
Baci,
Mr. I.
He añadido al blog una de estas cosas modernas que hacen música. Abajo a la izquierda podéis ver una lista con algunas canciones que hemos seleccionado para vosotros. Pero bueno, no estoy muy seguro de que esto funcione, así que si os toca las narices escuchar música cada vez que abrís vuestro blog favorito, dejad comentarios al respecto, y si os encanta pues también.
Y si tenéis alguna sugerencia, hacédmelo saber y a ver qué podemos hacer.
Baci,
Mr. I.
Trader Vic's Hot Buttered Rum
Hola amigos!
Llega el fresquito. Y quizás estamos el domingo por la tarde en casa y nos apetece un trago, pero qué frío, quizás lo mejor no es una bebida helada. Qué nos tomamos?
El ron caliente descongela los huesos, eso es un hecho, así que vamos a ver una manera rica de tomarlo. Trader Vic's, dentro de su amplia gama de productos, tiene su TV's Hot Buttered Rum Batter, que sirve para varias cosas, entre otras para tomarnos el ron calentico. Veamos cómo se hace. Necesitamos:
- 400 g. de azúcar moreno
- 100 g. de mantequilla
- pizca de sal
- 1/4 cucharadita (de cada especia) de clavo, canela y nuez moscada molidos
Derretimos la mantequilla y, en un bol, la añadimos al azúcar. Mezclamos bien y después añadimos las especias. El mejunje resultante lo guardamos en un bote y lo guardamos en la nevera, dura un montón.
Entonces, según la receta de Trader Vic, la cosa es la siguiente. Se calienta una taza con agua hirviendo. Se añade una buena cucharada del mejunje que nos ocupa y una onza y media de ron blanco de Puerto Rico. Se mezcla bien y para adentro. BastardoSaffrin lo recomienda de otra manera: se prepara un té negro, y cuando está hecha la infusión se añade una cucharada del batter y una onza de Havana Club 7 años. Es un sabor bastante más intenso y complejo, al té le vienen muy bien las especias.
Lady Eve prepara unas cookies estupendas con esta masa, ya os pasaré la receta.
Me voy a por una manta.
Aloha,
Mr. I.
Llega el fresquito. Y quizás estamos el domingo por la tarde en casa y nos apetece un trago, pero qué frío, quizás lo mejor no es una bebida helada. Qué nos tomamos?
El ron caliente descongela los huesos, eso es un hecho, así que vamos a ver una manera rica de tomarlo. Trader Vic's, dentro de su amplia gama de productos, tiene su TV's Hot Buttered Rum Batter, que sirve para varias cosas, entre otras para tomarnos el ron calentico. Veamos cómo se hace. Necesitamos:
- 400 g. de azúcar moreno
- 100 g. de mantequilla
- pizca de sal
- 1/4 cucharadita (de cada especia) de clavo, canela y nuez moscada molidos
Derretimos la mantequilla y, en un bol, la añadimos al azúcar. Mezclamos bien y después añadimos las especias. El mejunje resultante lo guardamos en un bote y lo guardamos en la nevera, dura un montón.
Entonces, según la receta de Trader Vic, la cosa es la siguiente. Se calienta una taza con agua hirviendo. Se añade una buena cucharada del mejunje que nos ocupa y una onza y media de ron blanco de Puerto Rico. Se mezcla bien y para adentro. BastardoSaffrin lo recomienda de otra manera: se prepara un té negro, y cuando está hecha la infusión se añade una cucharada del batter y una onza de Havana Club 7 años. Es un sabor bastante más intenso y complejo, al té le vienen muy bien las especias.
Lady Eve prepara unas cookies estupendas con esta masa, ya os pasaré la receta.
Me voy a por una manta.
Aloha,
Mr. I.
jueves, 8 de noviembre de 2007
Free Pouring VS Measuring
Hola, amigos de los elixires alcohólicos.
Últimamente está muy de moda eso que se viene a llamar flair bartending, que viene a ser emular a Tom Cruise en Cocktail, esa gran película, es decir, llevar a cabo una curiosa mezcla entre el noble arte de mezclar tragos y malabarismo circense. Veamos un ejemplo:
Plas, plas, plas, aplausos. Esto, amigos, queda muy bien en las fiestas y puede servir, como mucho, para mezclar un Bacardi con Coca Cola, pero para hacer un cóctel de verdad no es una buena idea. No hablemos ya de preparar un cóctel tiki con nueve ingredientes, eso puede ser una risa. Cómo añadimos unas gotas de Pernod a un Dr.Funk, sin pasarnos, cosa que ya es difícil de hacer con una cucharita? No sé, no me creo nada. La imagen que yo tengo de un tipo preparando un cóctel es mucho más parecida a la de un científico que a la de un malabarista.
Un cóctel no es una mezcla de líquidos y ya está, sino que un equilibrio perfecto entre una serie de elementos. Cuando una receta pide 1/4 de onza, es exactamente eso, no "un chorrillo pequeño". Si nos pasamos un poco de según qué ingredientes, el mejor destino de nuestro cóctel es el fregadero, ya que quedará totalmente desequilibrado.
Y supongo que estamos de acuerdo en que haciendo piruetas con las botellas no es fácil medir. Si preparamos, por ejemplo, un Daiquiri, en el que hay dos o tres ingredientes y la intensidad de cada uno va más o menos a gustos, sí podemos permitirnos el lujazo de medir contando los segundos (tres segundos suelen ser una onza), lo que viene a llamarse free pouring, pero en general lo más fiable es hacernos con un jigger y un juego de cucharas medidoras, que ahí no hay posibilidad de error.
Hala, a mezclar.
Mr. I.
Últimamente está muy de moda eso que se viene a llamar flair bartending, que viene a ser emular a Tom Cruise en Cocktail, esa gran película, es decir, llevar a cabo una curiosa mezcla entre el noble arte de mezclar tragos y malabarismo circense. Veamos un ejemplo:
Plas, plas, plas, aplausos. Esto, amigos, queda muy bien en las fiestas y puede servir, como mucho, para mezclar un Bacardi con Coca Cola, pero para hacer un cóctel de verdad no es una buena idea. No hablemos ya de preparar un cóctel tiki con nueve ingredientes, eso puede ser una risa. Cómo añadimos unas gotas de Pernod a un Dr.Funk, sin pasarnos, cosa que ya es difícil de hacer con una cucharita? No sé, no me creo nada. La imagen que yo tengo de un tipo preparando un cóctel es mucho más parecida a la de un científico que a la de un malabarista.
Un cóctel no es una mezcla de líquidos y ya está, sino que un equilibrio perfecto entre una serie de elementos. Cuando una receta pide 1/4 de onza, es exactamente eso, no "un chorrillo pequeño". Si nos pasamos un poco de según qué ingredientes, el mejor destino de nuestro cóctel es el fregadero, ya que quedará totalmente desequilibrado.
Y supongo que estamos de acuerdo en que haciendo piruetas con las botellas no es fácil medir. Si preparamos, por ejemplo, un Daiquiri, en el que hay dos o tres ingredientes y la intensidad de cada uno va más o menos a gustos, sí podemos permitirnos el lujazo de medir contando los segundos (tres segundos suelen ser una onza), lo que viene a llamarse free pouring, pero en general lo más fiable es hacernos con un jigger y un juego de cucharas medidoras, que ahí no hay posibilidad de error.
Hala, a mezclar.
Mr. I.
sábado, 3 de noviembre de 2007
The Book of Tiki
Hola amigos de las cosas polinesias de mentirijillas!
Esto del tiki no ha sido siempre un camino de rosas. Durante los 80 ya os he explicado más de una vez que un bar tiki era el antro más chungo que os podáis imaginar. A mediados de los 90 la cosa se retomó, sabiendo que la tarea del tiki-aficionado era más bien la de un arqueólogo urbano que tenía que redescubrir esos bares olvidados, no como algo nuevo y guay. Pero, como os digo, el legado estaba por investigar.
Y en el año 2003 la increíble y prolífica editorial Taschen edita The Book of TIki, de Sven A. Kirsten.
Este libro, considerado la biblia del tiki, hace un repaso de la historia de los momentos clave del pop polinesio, desde los primeros templos tiki, los pioneros Don the Beachcomber, Trader Vic's o Kon-Tiki, hasta los más decadentes restaurantes que vinieron después, pasando por todos los aspectos posibles del tiki style. La gráfica de los restaurantes, los mixologists que sentaron las bases de los cócteles tiki, el coleccionismo de mugs o los artistas que dedicaron su talento a tallar los tikis que decoraban los locales (¡y los patios traseros de las casas!) también quedan reflejados en las páginas de este libro.
Así que amigos, ya sabéis. Si no lo tenéis, ya tardáis en haceros con un ejemplar de The Book of Tiki pero ya. Además, por aquí, que somos un poco catetos y no hacemos caso de estas cosas, se puede encontrar fácilmente en las librerías, incluso de oferta. Pero en la editorial lo tienen agotado, así que los yankis van de culo buscándolo. En Abebooks.com, una base de datos de libros de segunda mano, se cotiza bastante alto. Así que espabilad.
El autor ha escrito un par de libros más sobre el mismo tema. Uno de ellos es Tiki Style, que es una versión reducida de The Book of Tiki. Y el tercero es Tiki Modern, que es una revisión de la influencia del estilo exótico sobre el arte y el diseño en los años 50-60.
Mahalo,
Mr. I.
Esto del tiki no ha sido siempre un camino de rosas. Durante los 80 ya os he explicado más de una vez que un bar tiki era el antro más chungo que os podáis imaginar. A mediados de los 90 la cosa se retomó, sabiendo que la tarea del tiki-aficionado era más bien la de un arqueólogo urbano que tenía que redescubrir esos bares olvidados, no como algo nuevo y guay. Pero, como os digo, el legado estaba por investigar.
Y en el año 2003 la increíble y prolífica editorial Taschen edita The Book of TIki, de Sven A. Kirsten.
Este libro, considerado la biblia del tiki, hace un repaso de la historia de los momentos clave del pop polinesio, desde los primeros templos tiki, los pioneros Don the Beachcomber, Trader Vic's o Kon-Tiki, hasta los más decadentes restaurantes que vinieron después, pasando por todos los aspectos posibles del tiki style. La gráfica de los restaurantes, los mixologists que sentaron las bases de los cócteles tiki, el coleccionismo de mugs o los artistas que dedicaron su talento a tallar los tikis que decoraban los locales (¡y los patios traseros de las casas!) también quedan reflejados en las páginas de este libro.
Así que amigos, ya sabéis. Si no lo tenéis, ya tardáis en haceros con un ejemplar de The Book of Tiki pero ya. Además, por aquí, que somos un poco catetos y no hacemos caso de estas cosas, se puede encontrar fácilmente en las librerías, incluso de oferta. Pero en la editorial lo tienen agotado, así que los yankis van de culo buscándolo. En Abebooks.com, una base de datos de libros de segunda mano, se cotiza bastante alto. Así que espabilad.
El autor ha escrito un par de libros más sobre el mismo tema. Uno de ellos es Tiki Style, que es una versión reducida de The Book of Tiki. Y el tercero es Tiki Modern, que es una revisión de la influencia del estilo exótico sobre el arte y el diseño en los años 50-60.
Mahalo,
Mr. I.
jueves, 1 de noviembre de 2007
Pimento Liqueur
Aloha de nuevo!
Ante todo, pediros disculpas por llevar tanto tiempo sin postear nada, pero vamos a tope de trabajo. Aunque para recompensaros, os paso una receta para haceros uno de esos mejunjes que tanto nos gustan, el mejunje definitivo.
Los que tengáis los libros de Beachbum Berry, habréis visto que algunas recetas piden pimento liqueur, a.k.a. pimento dram, allspice liqueur o si queréis, licor de pimienta de Jamaica.
La pimienta de Jamaica es una especia con un aroma bastante complejo. Recuerda al clavo, la canela, la nuez moscada y la pimienta negra, todo en uno. De hecho, en inglés se llama allspice por esto mismo. Por aquí no es muy común, pero en el norte de Europa se usa bastante, y sobretodo en América Central. Por aquí la podéis conseguir en pequeñas cantidades en la tienda del Club del Gourmet del Corte Inglés, o en el Colmado Quílez.
Y el licor que vamos a hacer, en realidad, no es que sea una cosa muy común. Wray & Nephew lo produce en Jamaica, pero los mismos yankis se las ven negras para conseguirlo, así que lo habitual es hacérselo en casa. Y no os penséis que esto es una mala solución, la verdad, ya que los siropes y licores que nos hacemos nosotros en casa con ingredientes controlados dan un resultado mucho mejor al de los productos comerciales, que suelen tener un saborcillo químico que no mola nada.
Me he basado en la receta de Chuck Taggart en sus Gumbo Pages, con algunas modificaciones en los rones, ya que aquí nos es prácticamente imposible conseguir Demerara 151. He escalado las cantidades para conseguir un volumen apto para ser consumido en casa, salen más o menos 600 ml, que os durará bastante, ya que no es un ingrediente muy común y se usa en pequeñas cantidades, porque es muy aromático. Bueno, menos rollo y vamos allá. Necesitaréis:
- 175 ml de ron overproof (yo he usado Lemon Hart overproof de Jamaica)
- 50 ml de ron oscuro de Jamaica
- 50 gr de Pimienta de Jamaica en grano
- 300 ml de agua
- 300 gr de azúcar moreno
Moler la pimienta en un mortero y guardar en una botella con tapón hermético, como las de gaseosa (los chinos las venden), de un litro. Cubrir con el ron, tapar y dejar macerar diez días, agitando la botella cada día un par de veces. Entonces colamos el licor en un colador con un filtro de café, para poder apretar los sólidos y extraer hasta la última gota de ron especiado con la pimienta. Sí, amigos, esas últimas gotas son las buenas. Lo volvemos a verter en la botella.
Con el azúcar y el agua hacemos un sirope simple y, una vez haya enfriado, lo mezclamos con el contenido de la botella. Observaréis que la mezcla obtenida, aunque con un aroma a especias delicioso, huele como si fuera líquido para desatascar las cañerías o para sacarle brillo a la cubertería de plata (tiene un volumen alcohólico bastante alto), pero entonces lo deberemos volver a tapar herméticamente y dejar madurar un mes, para que se equilibre un poco, y listo!
Para empezar a disfrutar de vuestra nueva concoction (aunque no deberíais tener prisa, os faltan al menos 40 días!), os paso en la siguiente entrada una recetilla, el Jasper's Jamaican.
Ante todo, pediros disculpas por llevar tanto tiempo sin postear nada, pero vamos a tope de trabajo. Aunque para recompensaros, os paso una receta para haceros uno de esos mejunjes que tanto nos gustan, el mejunje definitivo.
Los que tengáis los libros de Beachbum Berry, habréis visto que algunas recetas piden pimento liqueur, a.k.a. pimento dram, allspice liqueur o si queréis, licor de pimienta de Jamaica.
La pimienta de Jamaica es una especia con un aroma bastante complejo. Recuerda al clavo, la canela, la nuez moscada y la pimienta negra, todo en uno. De hecho, en inglés se llama allspice por esto mismo. Por aquí no es muy común, pero en el norte de Europa se usa bastante, y sobretodo en América Central. Por aquí la podéis conseguir en pequeñas cantidades en la tienda del Club del Gourmet del Corte Inglés, o en el Colmado Quílez.
Y el licor que vamos a hacer, en realidad, no es que sea una cosa muy común. Wray & Nephew lo produce en Jamaica, pero los mismos yankis se las ven negras para conseguirlo, así que lo habitual es hacérselo en casa. Y no os penséis que esto es una mala solución, la verdad, ya que los siropes y licores que nos hacemos nosotros en casa con ingredientes controlados dan un resultado mucho mejor al de los productos comerciales, que suelen tener un saborcillo químico que no mola nada.
Me he basado en la receta de Chuck Taggart en sus Gumbo Pages, con algunas modificaciones en los rones, ya que aquí nos es prácticamente imposible conseguir Demerara 151. He escalado las cantidades para conseguir un volumen apto para ser consumido en casa, salen más o menos 600 ml, que os durará bastante, ya que no es un ingrediente muy común y se usa en pequeñas cantidades, porque es muy aromático. Bueno, menos rollo y vamos allá. Necesitaréis:
- 175 ml de ron overproof (yo he usado Lemon Hart overproof de Jamaica)
- 50 ml de ron oscuro de Jamaica
- 50 gr de Pimienta de Jamaica en grano
- 300 ml de agua
- 300 gr de azúcar moreno
Moler la pimienta en un mortero y guardar en una botella con tapón hermético, como las de gaseosa (los chinos las venden), de un litro. Cubrir con el ron, tapar y dejar macerar diez días, agitando la botella cada día un par de veces. Entonces colamos el licor en un colador con un filtro de café, para poder apretar los sólidos y extraer hasta la última gota de ron especiado con la pimienta. Sí, amigos, esas últimas gotas son las buenas. Lo volvemos a verter en la botella.
Con el azúcar y el agua hacemos un sirope simple y, una vez haya enfriado, lo mezclamos con el contenido de la botella. Observaréis que la mezcla obtenida, aunque con un aroma a especias delicioso, huele como si fuera líquido para desatascar las cañerías o para sacarle brillo a la cubertería de plata (tiene un volumen alcohólico bastante alto), pero entonces lo deberemos volver a tapar herméticamente y dejar madurar un mes, para que se equilibre un poco, y listo!
Para empezar a disfrutar de vuestra nueva concoction (aunque no deberíais tener prisa, os faltan al menos 40 días!), os paso en la siguiente entrada una recetilla, el Jasper's Jamaican.
Jasper's Jamaican
Hola de nuevo.
Os paso una recetita del Grog Log para que disfrutéis de la vida con el Pimento liqueur que hemos hecho. La receta original es de Jasper LeFranc, del hotel Bay Roc, de Montego Bay, Jamaica, en los años 70.
- 1/2 oz. de zumo de lima
- 1/2 oz. de Pimento liqueur
- 1/4 cucharadita de azúcar
- 1 1/4 oz. ron dorado de Jamaica.
Disolver el azúcar en el zumo de lima, y verter todo en una coctelera con cubitos de hielo. Agitar bien y colar en una copa de Martini.
Delicioso. No obstante, hay quien prefiere omitir el pelín de azúcar porque el pimento ya es bastante dulce. Amigos, para gustos, colores.
Os paso una recetita del Grog Log para que disfrutéis de la vida con el Pimento liqueur que hemos hecho. La receta original es de Jasper LeFranc, del hotel Bay Roc, de Montego Bay, Jamaica, en los años 70.
- 1/2 oz. de zumo de lima
- 1/2 oz. de Pimento liqueur
- 1/4 cucharadita de azúcar
- 1 1/4 oz. ron dorado de Jamaica.
Disolver el azúcar en el zumo de lima, y verter todo en una coctelera con cubitos de hielo. Agitar bien y colar en una copa de Martini.
Delicioso. No obstante, hay quien prefiere omitir el pelín de azúcar porque el pimento ya es bastante dulce. Amigos, para gustos, colores.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)