viernes, 31 de agosto de 2007

Hawaiian Beach Party 2007

Hola, amigos!

Mañana sábado 1 de septiembre de 2007, para despedir el verano, los amigos del Rat King Lounge montan la Hawaiian Beach Party 2007, en la playa del Prat de Llobregat, en el chiringuito El Calamar.



El evento contará con las actuaciones en directo de The Roosters, Burnin' Rubber y The Street Candles, grupos de, respectivamente, punk, rockabilly y doo-wop. Estarán también a los platos una infinidad de DJs que nos deleitaran con sus selecciones músicales desde el mediodía hasta que el cuerpo aguante.

La organización ofrece también barbacoa y cocktails para que el cuerpo tenga toda la gasolina que necesite para aguantar el tirón. Y chicos, el festival es gratis, así que ya os podéis poner vuestras camisas hula y vosotras vuestros bikinis (o al revés, yo ahí ya no me meto) y pasar una agradable jornada con buena música en un marco tan exótico como es la playa del Prat ;)

Mr. I.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Tiki Trip a Asturias: Episodio 2. Voodoo Lounge.

Hola de nuevo.

Encontramos el Voodoo Lounge medio por casualidad. Bueno, de hecho fue la madre de Lady Eve (de ahora en adelante Mamá) la que lo encontró. Nos llamó y dijo "He encontrado un bar tiki en Gijón, cerca del parque de Isabel la Católica. Lo que pasa es que estaba cerrado porque los dueños estaban en California en una convención de tatuajes." No sabemos muy bien de dónde sacó la información y si es fidedigna o no, pero ya nos dio buen rollo.



Así que cuando tuvimos un rato para allá que nos fuimos, Mamá, Lady Eve y un servidor de ustedes. Al pasar por delante y ver los rótulos del bar con una tipografía en plan retro-decó ya nos emocionamos, aunque detectáramos que no era un bar tiki al uso. Ellos se autodefinen más bien como un hotrodsurftikibar. Yo añadiría por alguna parte las partículas rock, tattoo, lowbrow, kustom y algunas más. Y es que, amigos, el Voodoo Lounge no es un escenario al que estéis acostumbrados, a no ser que viváis en South California.



Según Luis, uno de los dueños del bar, "Hemos hecho el local en el que queremos estar. Si viajamos a California y vamos a ciertos bares que nos gustan, ya no tenemos que explicar a nadie cómo son para que lo entiendan, que vengan y lo vean. Es una manera de traer ese ambiente hasta aquí." Y es que, de la misma manera que cuando vamos a un bar tiki nos trasladamos a Hawaii al cruzar la puerta, al entrar en el Voodoo viajamos a otro mundo. Tanto la decoración como la carta o la música, y por supuesto el personal, no son los habituales de los bares de rock de por aquí. En la decoración nos podemos encontrar los tapacubos de un Studebaker, una tabla de surf, una pintura de Rat Fink, leopardo, fotos de hot rods, tablas de skate pintadas, y por supuesto tattoo flashes, y casi todo hecho por ellos. También hay elementos tropicales muy bien puestos, como varios tikis y hula girls, qué os pensábais?

La carta de cocktails es bastante variada. No son los combinados tropicales de los que siempre hablamos, sino más bien clásicos. Lo que pasa es que en muchos, los nombres se customizan tomando un carácter nuevo. Así, nos encontramos con nombres como Life's a Bitch, Reverend Horton Heat o el ya mencionado Rat Fink (mi favorito!), por citar algunos de una larga carta, que también incluye una buena variedad de Daiquiris y Martinis.

Algunos cócteles son de creación propia, como el Aguafiestas, surgido de una turbulenta historia en el Savoy Club, que si quieren, que os la expliquen ellos, que yo no quiero líos ;) El caso es que Anais nos chiva la receta:

- 1,5 oz de vodka
- 1,5 oz de zumo de naranja
- 1 cucharada de azúcar
- cava

Mezclar el vodka, la naranja y el azúcar en una coctelera con hielo. Agitar bien y colar en una copa de champagne. Llenar la copa con cava y adornar con una cereza confitada. Anais insiste en que la cereza es importante, así que amigos, hacedle caso. Por cierto, la bebida se llama Aguafiestas porque te puede alegrar la noche o aguar la fiesta, depende de los que te tomes.



Además de tomar una copa en un buen ambiente, también podéis cenar algo saludable. Andrés nos explica: "En la mayoría de los sitios donde uno puede cenar algo rápido y a buen precio la comida está muy saturada de grasas y te deja el estómago con una sensación de refrito que te dura toda la noche. Queríamos ofrecer unos cuantos platos con ingredientes frescos, ligeros y saludables. Nuestra carta está inspirada en los bares del sur de California que tanto nos gustan." Así, podemos encontrar tamales, nachos y sobretodo, tacos. "Ofrecemos tacos de pescado, algo muy típico de la baja California, no los encuentras en ningún otro sitio", dice Luis. "Allí se usa un pescado hawaiano llamado mahi-mahi, así muy cabezón. Como aquí no se encuentra, usamos pez espada, que es muy parecido".

Y de postre hacen unos batidos la mar de ricos, si no preguntadle a Lady Eve.

La noche prosiguió en una larga conversación en la que pasamos por mil y un temas que me sería imposible resumir aquí, pero creo que llegamos a una serie de conclusiones. Lo importante en la vida es ser honesto y humilde. Hay que saber valorar lo que hace cada uno y saber escuchar. No hay que intentar aparentar nada que uno no sienta de verdad. Hay que buscar y aprovechar las casualidades. Si uno quiere algo tiene que currárselo. Y en fin, una serie de reflexiones de barra durante una noche de agosto que bien podrían formar un manifiesto para la mejora del entendimiento y la relación entre las personas, pero que no es necesario que toméis al dedillo. Lo que sí es un hecho es lo amables y lo acogedores que son estos tipos. Pasamos un rato muy agradable, y no suele ser fácil entrar en conexión con la gente tan rápido. Por eso me da la sensación que el Voodoo Lounge es uno de los bares donde más agusto nos hemos encontrado, porque uno está como en casa. De hecho, ahora que me doy cuenta, se parece bastante a nuestra casa.

De vez en cuando organizan fiestas temáticas, como la Tora Tora Sushi Party, que finalmente nos perdimos, en la que un cocinero amigo suyo estuvo haciendo sushi hasta las 4 de la mañana. "Las hacemos para divertirnos" dice Luis. Enseguida llegamos a la conclusión que el verano que viene tenemos que montar una fiesta tiki, a ver si somos capaces de mantener la propuesta.



También regentan una tienda de tatuajes, Trashville Tattoo, en Gijón. Después de tener otras tiendas (Luis lleva tatuando veinte años), abrieron Trashville hace siete años, y les va muy bien. No es un sitio donde a uno le metan en una cabina y venga un tipo muy serio a tatuarle y luego se vaya diciendo "pase usted por caja". En Trashville llegas, te sientas en un sofá, y hojeas unas revistas escuchando buena música (punk rock, eso sí). Luego te vas con Andrés o con Luis y hablas con ellos, les explicas lo que quieres, te aconsejan, te hacen pruebas, y mientras te tatúan te echas un rato de conversación, te tomas una cocacola, en fin, es una experiencia agradable, dejando de lado que hay un tío que te está perforando la piel. Ah, sí, lo sé "de buena tinta" (hehe, qué chiste más bueno) porque aproveché la tesitura para hacerme un apañillo. En la foto podéis ver a Andrés realizando un trabajo flamígero en mi pierna que luciré con orgullo en cuando me crezca el pelo.



A la pregunta de si el bar es el backyard de la tienda, me contestan que no, que son complementarios, forman parte del mismo concepto. La idea de fondo es que si hay algo que te apetece vivir y no está, hazlo tú mismo. Me gusta esa idea. Llevan la tienda de tattoo como quieren, tienen un bar como les gusta, arreglan sus propios coches (el de la foto es el Chevy de Luis)... se han creado un mundo propio que no tienen problema en compartir con nadie. Y tienen más proyectos para el futuro, que cuando se materializen os relataremos con detalle.



Y, en fin, desde aquí mandamos un abrazo fuerte a esta panda. De izquierda a derecha: Anais, Andrés, Andrea y Luis. Mahalo!!!

Mr. I.

martes, 28 de agosto de 2007

Tiki Trip a Asturias. Episodio 1.

Hola, amigos, ya estamos de vuelta!

Cuesta mucho volver a la vida normal después de tres semanas durmiendo bien, comiendo mejor y sin tener que preocuparse mucho por lo que tiene que hacer uno durante el día. Pero qué le vamos a hacer, aquí estamos. Además, ahora tengo conexión de nuevo y puedo volver a explicaos nuestras andanzas, no hay mal que por bien no venga.



Prometimos poneos al día de todo lo que encontráramos interesante en nuestra estancia en Asturias.

Empezaremos por el surf. Como sabréis, Asturias es una región con muchos kilómetros de costa. Además, el Cantábrico es un mar con bastante más mala leche que el Mediterráneo, que es a lo que estoy acostumbrado, con lo que las olas son mucho más rideables.



Gijón, que es la ciudad más importante de la costa, está llena de tiendas y escuelas de surf, con lo que si queréis hacer algún cursillo, bautismo o simplemente alquilar una tabla o compraos unas Vans, no tendréis ningún problema. Quizás el sitio más visible es Tablas, en la misma playa de San Lorenzo, frente a la Escalerona. Justo delante tenéis dos buenos spots, San Lorenzo, donde se celebró en abril el pasado Campeonato de España de surf, y El Mongol. Pero como os digo, a la hora de comprar o alquilar material, hay una tienda en cada esquina.

Si ya tenéis experiencia y queréis buscar más olas, podéis probar en Tapia de Casariego (lugar también famoso por albergar enormes alijos de farlopa), Salinas, en Rodiles, Luanco... Asturias está lleno de spots. Tenéis más información en la web de la Federación de Surf y Bodyboard del Principado de Asturias, con sede en Gijón.

Hablando de surf, y en este caso a nivel musical, The Longboards, que no es la primera vez que aparecen en este blog, tenían programado un concierto en la sala Savoy Drinks & Music. Lamentablemente, nos dieron plantón y nos quedamos sin concierto. El Savoy Club es un bar de toda la vida con un claro enfoque rock'n'rollero. La decoración está llena de referencias al r'n'r, al blues y al soul, que es básicamente lo que suena en el local. Hace unos meses abrieron el Savoy Drinks & Music, un local más grande y apropiado para la música en directo. Cada fin de semana hay varios conciertos. La decoración del local es similar a la de su local hermano, con un montón de reproducciones de carteles de conciertos, películas de ciencia ficción y retratos de músicos de todo el siglo XX. Mención especial a un rinconcito dedicado a Elvis.



No obstante, y puesto que nuestra premisa a la hora de escribir este blog es contar nuestra experiencia, vamos allá. De entrada, como es habitual en los sitios a los que vamos, no había mucha gente. El grupo que sí que vino, no como The Longboards, estaba haciendo pruebas de sonido, y eso delante del público está feo. Además, había una desinformación total respecto a la hora que iba a empezar el concierto. Tampoco se decidían sobre qué música poner, o si ponerla alta o baja. Un desastre, vamos. Suponemos que más entrada la noche y con la llegada de alguien que supiera cómo iba el radiocassete la cosa iría mejor, pero mientras estuvimos allí fue un poco raro todo. No obstante, hacen unas margaritas estupendas.



Volvemos al ámbito comercial: dando una vuelta por Gijón llegó a nuestras manos un flyer de una tienda de Oviedo, El Último Mono. En el flyer aparece un simpático mono con fez, de esos que tanto nos gustan, que anuncia entre otras cosas, juguetes, complementos y regalos freaks. Y para allá que fuimos. Cuál fue nuestra sorpresa al ver en el escaparate un bonito vaso de Munktiki llamado El Bastardo! Una vez dentro encontramos a su compañero y amigo U Bastard y, claro, se vinieron con nosotros, acompañados de otros cuatro amigos de Accoutrements, una marca de chorradas que fabrica, entre otras cosas, algunos vasos tiki. En El Último Mono, aparte de ítems tiki como hula girls, agitadores para cocktail o muñequitos para los lápices, hay otras cosas tope molonguis, como mini fezes, muñecos cabezones o un cenicero que tose. Un primor, vamos.



También tienen cosas más humanas, como una colección de complementos en plan lowbrow muy chula, aparte de cosas más convencionales como ropa, pósters y discos, en CD y en vinilo. Juanchi, uno de los dueños de la tienda, nos explica que la tienda actual es una unión de dos locales anteriores, donde tenían por un lado los discos y por otro el resto de las historias. Se mudaron en abril y desde entonces la tienda funciona mucho mejor, ya que antes estaban algo retirados y ahora están en una calle muy céntrica. Además, el local es muy grande y la distribución en muy buena. Y por la tienda corretea un chucho muy simpático, seguramente el bulldog más activo jamás visto. Por cierto, la dirección que aparece en su web aún es la antigua, la nueva es c/Rosal, 70.

En fin, que aunque no parezca una zona muy tropical, Asturias está llena de puntos interesantes para los amantes del tiki. Pero en breve os hablaremos del rock'n'tiki hot spot en Asturias: el Voodoo Lounge.

Mr. Ivan

viernes, 3 de agosto de 2007

Manao's

Hola, chicos y chicas.

Debéis saber que Barcelona está considerada por los expertos la joya del pop polinesio al sur de Europa. Yo añadiría que Madrid está, por lo menos, a la par. Actualmente quedan algunos bares, pero tenéis que entender que, por mucho que a nosotros nos guste, la cosa en este momento está así como pasada de moda, ya que su momento álgido fue en los setenta. En California no, pero por estos lares, ahora mismo, el tema está considerado un poco casposillo, o al menos nos da esa sensación si leemos este artículo.

Todos conocemos los tres bares de Barcelona, el Kahala, el Aloha y el Kahiki, pero cuenta la leyenda que hay más. Y son esos bares medio olvidados los que nos interesan. Lady Eve y yo, en la búsqueda del tiki a nuestro alrededor, de vez en cuando emprendemos tareas titánicas como buscar bares en las ciudades del extrarradio de Barcelona con la mirada de un arqueólogo urbano. La verdad es que, de vez en cuando, uno se encuentra algunas sorpresas, encontrando los restos de una auténtica era dorada del tiki en nuestra ciudad y sus alrededores.

Y en éstas, recordé un local por el que había pasado algunas veces hacía años, en la Rambla Modolell de Viladecans, una localidad a unos quince kilómetros de Barcelona. Hablando con mi hermana, que me lleva unos cuantos años, me dijo que sí, que allí iban mi cuñado y ella de solteros. Total, que para allá que nos fuimos, sin saber siquiera si seguía abierto o no.



Y sí, allí estaba.Se llama Manao's, no lo recordaba. Era sábado y acababan de abrir, alrededor de las ocho de la tarde. El local estaba desierto. Entramos por un puentecito que cruzaba un riachuelillo estanco que daba a una mini-piscinita, todo ello en el interior. La distribución del local es interesante, es un espacio completamente diáfano con una barra cuadrada en el centro que domina la estancia. Para mi gusto entraba demasiada luz del exterior, pero claro, de noche podemos eliminar este punto.

Abro un paréntesis para explicar porqué no me gusta la luz en estos casos. Creo que la idea de un bar tiki es alejarse del entorno habitual de la ciudad para adentrarse en un mundo exótico donde cualquier cosa es posible y todo eso. Estamos viajando al Pacífico Sur sin movernos de la ciudad. Entonces, si desde nuestra mesa podemos ver los coches aparcados en la puerta, vamos mal.

Tenía un aspecto un poco dejado, la verdad. El mobiliario de bambú de todos los bares (eso no es malo) estaba bien conservado, así como la parca decoración, consistente en tejido de bambú en las paredes y algunos accesorios de variada procedencia. También había algunos cuadros de estética más caribeña que polinesia, pero daban bastante color.

Al estar el local totalmente vacío, tuvimos el privilegio de escoger sitio, pero vamos, que mucho ambiente no se veía. Más tarde llegó un señor, laringectomizado para más señas, que parecía ser un habitual. Nos trajeron las cartas y bueno, eran bastante sorprendentes. Aparte de la clásica colección de cócteles "hawaianos" que nos encontramos en los bares de por aquí, invenciones propias incluidas, ofrecían una amplísima selección de combinados de todo tipo. Ah, y una cosa que nos gustó es que servían pizzas, con lo uno incluso podía cenar así en plan ligero.



Aparentemente la estrella de la casa era el volcán, servido en un volcán con tapa como los del Mauna Loa. Pregunté qué llevaba y la camarera, una especie de Brigitte Nielsen pero sin curvas, me contestó: "Es como Malibú con piña". Empezamos mal.

Abrimos otro paréntesis. Tenéis que saber que el Malibú está considerado como el Maligno disfrazado de ron de coco. Tenéis que huir del Malibú. Está muy bien para que las jovencitas se lo tomen en las discotecas, pero si tenemos que preparar un cóctel que sepa a coco, hay mejores maneras de conseguirlo. Prosigamos.

Yo, que después de ofrecerme un Malibú con piña en un volcán de cerámica ya me daba igual todo, le dije que me trajera algo suave de ron, que tenía que conducir. Me ofreció un Tótem de Lluvia o algo así. Lady Eve se pidió un Luna de Plata, su favorito de los bares made in Spain. Nos trajeron unos vasos presuntamente de Pavón con una decoración muy... emm... bueno, con una pajita normal y ya está. A Lady Eve le trajeron el típico vaso de bambú con una cara que es un depósito para poner el hielo seco que echa humo, pero en este caso traía hielo picado, no sé muy bien porqué. Ah, y curiosamente el mío no tenía hielo, ni seco ni mojado ni fuera ni dentro. No había hielo. Eso hacía que mi cóctel con sabor a sirope de fresa (según Lady Eve a chicle) estuviera a una temperatura aceptable hasta la mitad, después estaba caliente. Por otra parte, la bebida de Lady Eve estaba hecha con hielo picado que, debido a la alta temperatura ambiental, acabó por derretirse aguando el cóctel hasta convertirlo en algo difícil de tragar. Vamos, el tema cócteles un desastre. Y no pusieron nada para picar.

No sé, es una lástima porque el sitio no estaba mal pero los cócteles eran de pena. Además, al ser los únicos clientes del local, junto al señor laringectomizado, mucho mucho ambiente no había. Eso sí, la música estaba bien. Lejos de ser lo que debería sonar en un bar tiki, eran hits ochenteros que nos proporcionaron un rato de diversión. Bueno, también tenían una estupenda tele de plasma enorme que haría las delicias de los más futboleros.

Vamos, conclusión: nos hizo gracia ir a un bar tiki desconocido para el público general pero fue una gran decepción. No nos quedaron ganas de volver. Igual si uno va un sábado por la noche con más animación la sensación es otra, pero nuestra experiencia en el Manao's no fue muy buena.

Por cierto, a nuestros lectores habituales (a los tres): nos vamos de vacaciones! Yuhu! Vamos a estar tres semanas o así sin postear nada, pero os prometemos que buscaremos el tiki en nuestro destino: Asturias.

Mahalo,

Mr. Ivan